Un Puerto Rico sin nosotrxs.

Foto por Gabi Pérez-Silver @gbiprz

Nos dejan morir.
A diario.

Apuestan a nuestro cansancio, a que nos vayamos, a que nos hartemos, a que las condiciones sean tan precarias que simplemente ya no se pueda sobrevivir.

La Junta de Control Fiscal, el Gobierno Imperialista de Estados Unidos y el Gobierno Colonial, tienen sus apuestas en nuestra desaparición. Quieren un Puerto Rico sin puertorriqueñxs.

Comentan sobre alimentar a cuervos con nuestros cadáveres, relajan con lo productivo ($$$) que ha sido el virus para sus bolsillos, se suben los salarios a cantidades absurdas; todo mientras nos piden que nos ajustemos, que nos calmemos y que nos acostumbremos.

¿Quién puede calmarse cuando aún se escuchan las carcajadas de Rosselló diciendo que solo fueron 64 muertes, mientras cientos enterraban a sus familiares en el patio?

¿Quién puede acostumbrarse a que no haya un hospital en Vieques y hayamos perdido esas VIDAS sin necesidad?

¿Quién puede ajustarse al estilo de vida violento y precario al que nos quieren condenar?

El Huracán María aún duele en el pecho. Aún no hemos podido sanar como país este evento porque no nos lo han permitido. No nos sacan el puño de la cara, cada momento de crisis para el pueblo, es un momento de lucro, de robo y de chanchullo para el Gobierno de Puerto Rico.

El Pueblo no olvida.
Aquel 20 de septiembre de 2017 nos dejaron morir.

Hoy, 20 de septiembre de 2021, siguen apostando a nuestra desaparición.

Les recordamos que el respeto que no le dieron a nuestros muertos y la dignidad que nos niegan a los que seguimos vivos, es suficiente para mantener nuestra rabia y para continuar luchando por un Puerto Rico vivible, justo y equitativo.

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El 2022 nos traerá respuestas.